lunes, 17 de junio de 2013

MARÍA MAGDALENA, LUJURIA Y AMOR...13 - 06 - 2013...




MARÍA MAGDALENA "LUJURIA Y AMOR"
Canalizada por Pamela Kribbe Junio 13 de 2013

 Nota: esta canalización habla de relaciones amorosas entre hombres mujeres, pero se aplica igualmente a las relaciones homosexuales. Al final se incluye una breve canalización de Yeshua sobre la homosexualidad.


Queridos hombres y mujeres, Yo os saludo a todos. Estoy aquí en medio de vosotros como un Alma, como una mujer, como una hermana. YO SOY una con vosotros; y habiendo sido Humana, conozco desde el interior todos los sentimientos que tenéis hoy. No me son extraños. 

Lo que más llama mi atención ahora que estoy mirando la vida en la Tierra desde este lado, es la preciosidad de la vida en la Tierra. La vulnerabilidad del Ser Humano, el dolor y las heridas que lleváis mientras estáis en la Tierra; y a la inversa, vuestro increíble valor, vuestro persistente deseo de Luz y Amor, vuestra perseverancia y vuestras gozosas victorias. Para mí, eso caracteriza ahora a la vida en la Tierra. Yo os veo como valerosos Ángeles que tomasteis sobre sí esa experiencia, esa aventura. 

Cuando descendéis a la vida terrenal, casi siempre venís de un reino que vibra en un nivel superior que el que tiene ahora la sociedad Humana en la Tierra. En alguna parte profunda de tu interior, tú dices "Sí" para ir al encuentro de esta energía terrenal. Tomas la decisión: "Voy a asumir esto": La danza con la vida en la Tierra, la cual es en parte una danza con la oscuridad, con el temor, con la resistencia, la soledad; y con el sentimiento de estar perdido. Vosotros asumís ese riesgo; y ahora puedo ver por qué. A pesar de todo el sufrimiento, del esfuerzo, de la pesadez, no hay ningún otro lugar tan profundo, tan rico y tan intenso, como cuando estás incorporado en la materia, en la forma. 

Sin embargo, frecuentemente quieres cortar tus lazos con la forma e ir más allá de ella, fundirte con algo más grande, más alto. Buscas liberarte de los confines de la vida terrenal. Pero Yo veo vuestra belleza como sois, como Humanos terrenales: hombre, mujer, niño o adulto. En esa forma específica que tienes, irradias la Luz de la Creación. Muchas tradiciones espirituales se han enfocado en la trascendencia de la forma Humana: "El cuerpo no es bueno, no es un mensajero de la verdad; las emociones son sospechosas, las pasiones son completamente rechazadas; la sexualidad es una fuente de tentaciones; sí, incluso venenosas". Toda la existencia terrenal fue realmente debilitada y privada de su sacralidad por este tipo de pensamiento; y esto ha sucedido a partir del deseo de controlar. 

En la Tierra ha habido poderes que han querido tener control sobre la vida. Y para ejercer control sobre las personas, sobre la vida, lo logran mejor por medio de la mente: por medio de ideas e imágenes que diseminan, que usan para adoctrinar. El alcance del control mental es mucho mayor que el de la manipulación con el poder físico. Puedes tocar profundamente a las personas en su Alma y cambiarlas, cuando las pones ante ciertas imágenes sobre quiénes son, sobre su dignidad o indignidad; y sobre la bondad o "maldad" de sus impulsos naturales. 

Habéis sido afectados muy profundamente de esa manera; y por causa de este condicionamiento comenzasteis a ver la vida en la Tierra como indigna en muchos aspectos. Esto os ha sido enseñado; y aún lleváis inconscientemente estas impresiones. Aún tienen influencia sobre cómo piensas en ti mismo, cómo sientes tu cuerpo, tus deseos, tus anhelos, tus emociones y tu pasión. 

Hoy las cosas comienzan a aflojarse, las viejas ideas están a punto de colapsar. Esto es porque cada vez más personas están despertando, sintiendo el deseo de ser veraces consigo mismas. 

Esta nueva ola de energía está despertando individualmente a las personas, una por una; y a medida que crezca afectará a la sociedad como un todo. Es un movimiento de regreso a la Tierra, podríais decir; y de regreso a vuestro yo natural, pues sois parte de la Tierra. Tu cuerpo es una parte de la Tierra: tu sexualidad, tus instintos, el lenguaje de tu cuerpo, son parte de la Tierra. 

Vuestra naturaleza terrenal no se puede negar indefinidamente; es una parte viable de la Creación. 

¿Y cómo están las cosas en ti en cuanto a esa conexión, entre lo inferior y lo superior? 

Tradicionalmente se os decía que la espiritualidad tenía que ver con "lo superior"; y frecuentemente también con servir a un ideal; tú al servicio de algo más alto, como ponerte al servicio de tus vecinos y de tu comunidad. Y lo inferior se equiparaba con lo orientado al ego, enfocado en ti mismo, persiguiendo tus propios deseos. Si seguías tus propias inclinaciones, te "salías del camino"; lo orientado al ego fue cargado con pecado y juicio. 

Sin embargo, ahora estáis en medio de una transformación del pensamiento sobre la espiritualidad. Sientes que todo tu Ser te llama a ese cambio; y que has llegado aquí para apoyar el despertar de la consciencia en la Tierra. Antes de que dieras el salto a tu actual vida, sentías el potencial de un cambio fundamental que tendría lugar en este tiempo. Tu Alma sentía esta atracción; y tú decidiste: "Quiero ser parte de esto, así que aquí voy de nuevo". Se podría decir que el dominio de la vieja consciencia se ha extendido hasta el límite. Ahora las cosas deben ser diferentes. Incluso la continuación de la supervivencia de la Humanidad, de la naturaleza; y la armonía con la Tierra, dependen de ello. 

Este proceso de despertar y de transformación, te pide que te vuelvas hacia lo llamado inferior en ti mismo; y que le asignes un valor completamente diferente. ¿Y qué significa volverte hacia lo inferior? Hacer conexión con tu cuerpo, con tu vientre, con tus sentimientos; reconocer tu propia naturaleza animal. Como Seres Humanos, habéis vivido por tanto tiempo en vuestra mente que habéis perdido la conexión con la que yo llamaría vuestra "animalidad", el animal, vuestra parte instintiva. 

Ese término evoca inmediatamente ciertas asociaciones. ¿Pero realmente qué es "animalidad"? Los animales no tienen energía mental como las personas. Viven según el instinto, pero el instinto es mucho más refinado, una herramienta mucho más fina de lo que generalmente piensan las personas. El instinto está en tu vientre. El instinto te ayuda a sentir directamente cómo se siente algo para ti: si se siente bueno o se siente repulsivo; si te trae algo deseable o si prefieres que se vaya. Pero para las personas es difícil basarse en su instinto; y algunas veces ya no lo pueden sentir. Habéis vivido tan fuertemente desde vuestra cabeza, que habéis perdido la conexión con vuestro instinto, la sabiduría de vuestra naturaleza animal. 

Vuestra conflictiva relación con vuestra propia animalidad, con el animal dentro de vosotros, se muestra claramente en el área de la sexualidad. ¿Qué sucede cuando una persona tiene una relación íntima, sexual, con otra? En una amistad donde no hay sexualidad, en alguna medida puedes permanecer fuera del área de lo instintivo, de la naturaleza animal. Puedes conectarte desde la cabeza; y cuando la conexión se profundiza, también desde el corazón. Pero una vez que se abre el área de la sexualidad entre dos personas, entran en juego otras fuerzas. En el nivel físico hay una atracción instintiva, una atracción entre opuestos, que tiene poco que ver con la cabeza; y no necesariamente tiene que ver con el corazón tampoco. 

Frecuentemente el poder de su pasión sexual asusta a las personas; y pueden reaccionar de dos maneras. La atracción puede provocar tal temor a perder el control, a perderte, que te cierras y te retiras. O vas con el flujo de la atracción, pero te mantienes enfocado en las sensaciones de lujuria que tienes en el cuerpo, y no te abres a la profunda intimidad hacia la que te puede iniciar la sexualidad. Raras veces dos personas pueden tener intimidad y experimentar conexión en ambos niveles: en su naturaleza animal y en su corazón. 

Esto es una gran lástima, porque la sexualidad puede ser verdaderamente la puerta hacia una profunda fusión del Amor Espiritual y el Amor Humano. ¿Por qué es tan difícil para hombres y mujeres experimentar el sagrado y sanador aspecto de la sexualidad? En lo que tiene que ver con lo físico, con los instintos sexuales, habéis crecido con toda clase de tabúes y prohibiciones. Eso ha comenzado a cambiar hace unos pocos decenios, pero aún no hay libertad real en esa área. 

¿Te puedes sentir a gusto con las sensaciones de lujuria que experimentas? ¿Puedes disfrutarlas? 

¿O realmente es algo perturbador de lo cual te quieres deshacer, ya sea teniendo sexo físico (lo cual convierte al sexo en "rascarte donde te pica"), o cerrándote a ellas con la fuerza de la mente? 

Aún es difícil para las personas abrazar juguetona y gozosamente sus propios deseos sexuales. Lo que sucede es que se atascan ya sea en juicios o temores respecto a ello, yendo a la cabeza. O se sumergen en su lujuria de una manera secreta y culpable, haciendo que la sexualidad sea algo que ocurre en la oscuridad. En ninguno de los dos casos puede haber conexión entre el corazón y la bestia, entre lo superior y lo inferior, entre la lujuria y el Amor. No ser capaz de valorar la parte animal, también te cierra a la parte amorosa y espiritual. 

¿Cómo puedes volver a conectar lo que ha estado separado y sentirte más libre con tu propia naturaleza animal y sexual? 

Primero que todo, honra al cuerpo y abandona los viejos juicios sobre la lujuria y la sexualidad. La lujuria es un flujo natural de energía generado por el cuerpo. Es inocente; e inherentemente no es peligroso ni destructivo. Trata de darle la bienvenida con alegría y placer. Cuando quiera que sientas lujuria, disfruta las cosquilleantes sensaciones en tu cuerpo, míralas como gozosas en sí mismas, sin tener que actuar respecto a ello. 

En tu cuerpo hay una sensualidad básica que existe como una tendencia subyacente; y te capacita para disfrutar diferentes clases de sensaciones corporales, como comer, beber, tocar, danzar, bañarte, o caminar bajo el Sol. La sexualidad, tener sexo con alguien más, es una expresión de esta sensualidad básica que te pertenece como Ser Humano. No te avergüences de ella, disfrútala. Tu naturaleza sensual es algo precioso y delicioso. 

¡Si abrazas tu naturaleza sensual; y con mente abierta das la bienvenida a las sensaciones de lujuria, lo disfrutarás! Lo podrías compartir con otra persona; y si hay una conexión más profunda entre vosotros dos, realmente notaréis como os acerca el flujo de la lujuria, permitiendo que vuestros corazones se abran mutuamente y se fusionen, no solamente en el nivel físico, sino también en los niveles emocional y espiritual.

La lujuria puede conducir al Amor y a la genuina intimidad. Lo que quiero enfatizar es que la lujuria no es el opuesto del Amor sereno y sagrado entre dos personas. La lujuria y el Amor pueden ir juntos; y realmente la lujuria puede ayudarte a lograr un estado más profundo de intimidad con otro, si te rindes a ella sin culpa ni reserva. Tenéis esta noción profundamente inculcada de que si os dejáis ir, si cabalgáis en la ola de vuestras emociones o pasiones, las cosas se saldrán de vuestras manos. 

Pero frecuentemente es precisamente al contrario. Si tratas de refrenar o controlar algo como la pasión sexual, estás trabajando contra una fuerza natural tan poderosa, que de todas maneras perderás. Al refrenarla, suscitas expresiones retorcidas e incluso pervertidas de la sexualidad. Las formas degeneradas de la sexualidad siempre van de la mano con juicios rígidos sobre la naturaleza Humana. Por eso el fervor religioso y la perversidad sexual frecuentemente van de la mano. 

Siéntete seguro con tu propia naturaleza sexual; es el primer paso hacia una conexión íntima con otro. Tú aprecias tu propio cuerpo y la clase de experiencias que te quiere ofrecer. Por supuesto que para conectarte íntimamente con otra persona, requieres más que esto. Estás tratando con otro ser, configurado y moldeado por antecedentes e historia diferentes. Para que ambos os sintáis a salvo y seguros, es necesario que abráis el corazón mutuamente. Ambos habéis construido defensas para protegeros de rendiros ante otro, contra la confianza. 

Todos tenéis viejas heridas emocionales interiores. Todos tenéis tales defensas; y es importante que las reconozcas en ti mismo. La intimidad emocional surge cuando estáis dispuestos a encarar vuestros propios miedos; y cuando estáis verdaderamente dispuestos a entender mutuamente vuestro dolor. Cuando estáis dispuestos a hacerlo así, hay alegría en vuestros corazones y habrá un flujo de sanación entre vosotros. Os acercaréis tanto en el nivel del cuerpo como en el nivel del Alma. El arte de amar consiste realmente en este delicado proceso de uniros. Implica devoción, paciencia, honestidad; y valor. Es tan apasionado como altamente espiritual. 

Cuando hablé inicialmente de la preciosidad de la experiencia Humana en la Tierra, también me estaba refiriendo al arte de hacer el Amor. Como Alma, no estás atado a una forma. No lo estás en tu Esencia; hombre o mujer, niño o adulto, enfermo o saludable, todas éstas son manifestaciones temporales. Sin embargo, esas formas impermanentes ofrecen una variedad de experiencias que potencialmente son exquisita y profundamente espirituales. Ser una mujer o un hombre te ofrece la posibilidad de la experiencia Humana de hacer el Amor; y de disfrutarlo física, emocional y espiritualmente. 

En la sociedad Humana hay mucha confusión respecto a la sexualidad. En el encuentro entre hombre y mujer puede haber una apertura hacia la comunión sagrada, un espacio en el cual os sentís elevados hacia una totalidad que os trasciende a ambos como Seres Humanos. Lo podéis llamar el Alma, o Dios, pero lo notable es que esta sagrada experiencia no tiene en absoluto la apariencia de lujuria, aún cuando la lujuria, la exploración física mutua, forma parte de ella. 

Vuestra Naturaleza Humana no es básica ni vil; la sexualidad y la espiritualidad pueden estar asociadas. Por eso os animo a sentiros a gusto con vuestra propia pasión, con vuestros deseos corporales, con vuestra sexualidad. Explórala a tu propio paso y con tu propio ritmo. De hecho, ahora me gustaría invitarte a que permitas que tu consciencia descienda hasta tu vientre. Tu consciencia no es nada más que un enfoque, así que ahora dirige ese enfoque hacia tu vientre. 

Ahora experimenta cómo se siente esa área; y sumérgete aún más profundamente hacia la región de tus órganos sexuales y del Chakra Raíz, de tu pelvis. Con atención objetiva y neutral, desciende hacia esa región de tu cuerpo. Ésta es una parte maravillosa de tu cuerpo; y siente aquí la fuente de la Fuerza Vital; puedes ver o sentir un color. Experimenta cómo puedes permitir que ese flujo de Fuerza Vital, de sensualidad y fiscalidad, descienda a través de tus piernas y haga conexión con la Tierra. Siente cuán benéfico y natural es experimentar este flujo del cuerpo. 

Si puedes, observa si tu cuerpo necesita algo ahora, si estás permitiendo que tu cuerpo experimente todo lo que quiere experimentar. ¿Quizá haya algo que tu cuerpo quisiera experimentar más frecuentemente en tu vida diaria? Puede ser una cosa simple, algo que pasas por alto con tu cabeza. Toma en serio esas necesidades; el cuerpo quiere llevarte al Hogar. El cuerpo no es opuesto al Alma, es el Alma en forma material. En lugar de tu cuerpo, es tu cabeza la que te destierra de tu Alma. Haz la paz con tu cuerpo y disfruta sus muchas ofertas. 
RESPUESTA DE YESHUA A 
¿CUÁL ES TU PERSPECTIVA SOBRE LA HOMOSEXUALIDAD?

No hay nada malo en la homosexualidad. La homosexualidad es perfectamente honorable; y la manera como ha sido presentada por varias tradiciones religiosas, como pecaminosa o perjudicial, se deriva del temor y el prejuicio. No hay nada de malo en sentirse atraído a personas del mismo género. Realmente, la preferencia por el mismo sexo o por el otro, no está dividida de manera tan fija y rígida como muchas personas piensan. 

Tú puedes ser una persona heterosexual y en algunas circunstancias sentirte atraído a personas del mismo sexo. Podrías sentir una conexión álmica que trasciende la forma corporal. En otras palabras: En general puedes ser heterosexual, pero sentirte atraído a alguien del mismo género porque hay una profunda conexión en el nivel álmico. Entre la heterosexualidad y la homosexualidad hay una escala variable en lugar de un límite fijo. 

Desde la perspectiva espiritual, lo que importa en las relaciones sexuales es cómo os conectáis mutuamente de Alma a Alma. Cuandoquiera que hay una profunda conexión, la cual está marcada por el verdadero compañerismo y el mutuo respeto, el hecho de que sea hombre-mujer, hombre-hombre o mujer-mujer, realmente no importa. 

Por supuesto que al mundo sí le importa si eres homosexual. En muchos lugares por todo el mundo aún hay prejuicios y hostilidad respecto a la homosexualidad. Muchas Almas que encarnan como homosexuales son bastante valientes, porque saben que se enfrentarán al problema de sobresalir por ser diferentes de otros; y tener que enfrentar la hostilidad y la incomprensión. 

Experimentar esto puede ser una decisión consciente del Alma, ya sea para encarar y superar la herida emocional de ser rechazado y hacerse más fuerte e independiente por causa de ello, o hacer que se eleve la consciencia en la Tierra, haciendo que las personas reflexionen en las estrechas definiciones tradicionales de la identidad sexual. Los hombres homosexuales, por ejemplo, pueden mostrar a la gente que ser varón fácilmente puede ir junto a ser sensible y artístico. Los hombres y las mujeres homosexuales invitan a las personas a pensar de forma diferente sobre lo que significa ser hombre o mujer. 

A los homosexuales que se sienten desgarrados y en conflicto por su naturaleza sexual, Yo les diría: No juzgues tu manera natural de sentir, honra tu naturaleza y siéntete libre de ser quien eres. Sé veraz contigo mismo, no te ocultes. Otras personas pueden aprender algo de ti. Esposos o padres que se sienten impactados y ofendidos si les hablas de tu naturaleza, de alguna manera serán tocados por tu valor y tu honestidad, incluso si eso no se ve en la superficie. La verdad siempre libera a las personas. 

Al ser veraz contigo mismo, te sanarás y serás una Luz para otros. 


MARÍA MAGDALENA 

Por Pamela Kribbe 

www.jeshua.net/ 


Tradujo: Jairo Rodríguez R.

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