domingo, 17 de marzo de 2013

ACERCANDONOS CONSCIENTEMENTE A LA CONSCIENCIA VIBRATORIA...

 
Acercandonos Conscientemente
a la Conciencia Vibratoria

Por Michael Brown
 
Es recomendable que iniciemos y terminemos cada día con esta práctica, ejerciéndola como un medio práctico para alinearnos conscientemente con el punto causal de la vida: la corriente vibratoria fluyendo a través de nosotros y de todas las manifestaciones que llamamos “creación”.
 
La tecnología vibratoria que se ofrece aquí no es ni religiosa ni espiritual, es simplemente un mecanismo perceptual, que honra la manera en la que fluye al exterior la experiencia humana desde su fuente unificada. A través de su aplicación, entrenamos nuestras capacidades para trabajar conscientemente con el flujo natural de nuestra conciencia, conforme se mueve hacia fuera al mundo y de vuelta hacia nuestro punto causal final.
 
Aplicar diariamente esta práctica es un medio simple, eficiente y fluido para permanecer anclados dentro de todas nuestras actividades internas y externas.
 
Cuando se aplica consistentemente, las consecuencias de ejercer esta tecnología perceptual son auto-evidentes, como cambios perceptuales notables dentro de nuestra experiencia diaria y la facilidad con la que recibimos lo que requerimos para nuestra evolución.
 
Aunque esta tecnología es vulnerable para detonar experiencias internas – el énfasis para aplicarla diariamente no es “tener una experiencia interna”. En su lugar, la intención es mejorar nuestro nivel de consciencia causal dentro de todos nuestros encuentros, internos y externos.
 
PASO UNO:
 
Siéntate cómodamente, con las piernas cruzadas o en una silla, con tu espalda recta pero relajada. Asegúrate de no tener frío.
 
Mantén tus ojos cerrados durante toda la práctica.
 
Conecta tu respiración durante 15 minutos. [Como para el Proceso de la Presencia, esto significa inhalar y exhalar sin ninguna pausa larga entre respiraciones. Hay una demostración de esta práctica de respiración en la página de AUDIO de este sitio Web.]
 
Respira lo suficientemente intenso como para que seas capaz de escuchar claramente tu propia respiración.
 
De preferencia inhala y exhala solo a través de la nariz, pero si la nariz está bloqueada, inhala y exhala solo a través de la boca.
 
En sincronía con tu respiración, repite mentalmente la expresión: “YO ESTOY AQUÍ AHORA EN ESTO”. YO [durante la inhalación] ESTOY [durante la exhalación] AQUÍ [durante la inhalación] AHORA [durante la exhalación] EN [durante la inhalación], ESTO [durante la exhalación].
 
YO ESTOY [Representa nuestro estado de ser, y la Presencia del YO SOY.]
 
AQUÍ [Nuestro centrado espacial.]
 
AHORA [En donde estamos anclando nuestra conciencia dentro de esta cronología.]
 
EN ESTO [Abrazar nuestra experiencia actual como es – pero de forma impersonal.]
 
PASO DOS:
 
Después de 15 minutos, inhala tan profundo como sea posible a través de tu boca, llenando tus pulmones a su máxima capacidad, después sostén esta respiración hasta la cuenta de 20 [o menos si es demasiado para ti].

Libera la respiración a través de tu boca.
 
Repite esta inhalación, sostén, y cuenta hasta 20, seguido por una suave exhalación, 3 veces.
 
PASO TRES:
 
Ahora retira tu atención de tu respiración y permite que descanse en el punto en donde reside tu conciencia cuando estás “presente con tus ojos cerrados”. Este punto interno, ligeramente sobre y entre tus ojos físicos, es tu centro del ojo.
 
Mientras descansas dentro de tu centro del ojo, repite mentalmente “YO ESTOY AQUÍ AHORA EN ESTO”, durante 10 minutos.
 
Cada vez que te des cuenta de que tu atención está divagando de esta repetición deliberada, en otros paquetes de pensamiento externos generados inconscientemente, suavemente llévala de vuelta y continúa la repetición deliberada.
 
Vuélvete consciente de los dos lugres distintos en los que tu conciencia es capaz de residir durante esta práctica: Presente en una repetición mental delibrada en tu centro del ojo, y divagando inconscientemente lejos de tu centro del ojo dentro del estado de sueño que llamamos “pensamiento” [sobre el pasado y el futuro].
 
No te preocupes por este divagar inconsciente, simplemente obsérvalo. Permanece con él sin condición.
 
PASO CUATRO:
 
Cesa la repetición mental.
 
Usando la percepción sensitiva, hazte consciente de ti como un campo de energía vibrando delicadamente.
Siéntate con esta experiencia sensitiva durante unos momentos.
 
PASO CINCO:
 
Detén la repetición mental y el sentimiento de todo tu campo vibratorio y enfócate solamente en escuchar.
 
Primero escucha durante unos momentos cualquier sonido que oigas en el mundo a tu alrededor. Escúchalos sin condición. Escúchalos como si los “recibieras” audiblemente, como si ahora fueras “un receptor” de estas vibraciones de audio. Permítete percibir todos estos sonidos externos, sin importar lo que sean, como si fueran emitidos por el punto causal unificado de todo lo que es. Como si todos estos sonidos externos acumulados conformaran “la conversación de Dios”.
 
Ahora delicadamente retira tu conciencia de estos sonidos externos, y permítete una vez más descansar dentro de tu punto de presencia interna – en el centro del ojo. Esta vez, escucha solo sonidos que provengan de tu interior. Lo que sea que escuches es válido. Si no escuchas nada, escucha la nada.
 
Conforme escuchas estos sonidos internos – o la nada interna – asegúrate de que tu atención permanezca anclada en el centro del ojo.
 
Cada vez que te hagas consciente de que tu atención se ha desviado de escuchar deliberadamente el centro del ojo, para seguir paquetes de pensamiento generados inconscientemente o sonidos externos, gentilmente llévala de regreso y continúa escuchando deliberadamente.
 
Sé consciente de los dos lugares distintos en los que eres capaz de residir durante esta parte de la práctica: Presente en una escucha deliberada en tu centro del ojo – y divagando inconscientemente lejos de tu centro del ojo en el estado de sueño llamado “pensamiento” [sobre el pasado y el futuro.]
 
No te preocupes por este divagar inconsciente, simplemente obsérvalo. Permanece con él sin condición.
Escucha internamente durante 5 minutos – o más si lo deseas.
 
Este estado de “escuchar”, o “ser un receptor”, es una contemplación vibratoria. Escuchar es la forma en la que el corazón siente inicialmente lo vibratorio.
 
Una vez que escuchamos cualquier sonido interno – o la nada interna – estamos ahora en la puerta hacia nuestro portal interno de conciencia vibratoria. Lo que sea que ocurra más allá de este punto, es para que lo conservemos como un tesoro para nuestra riqueza interna y nuestro bienestar externo.
 
La eficiencia de esta práctica no tiene que ver con lo que escuchemos internamente, sino en nuestra capacidad para permanecer “en un estado de escucha”. Este “estado de escucha” – de “ser un receptor” conscientemente, empodera que nos volvamos vulnerables a “recibir conscientemente todo lo que requerimos para nuestros encuentros diarios, directamente desde nuestra fuente unificada”. Conforme evoluciona su capacidad para escuchar, también lo hace nuestra capacidad para recibir.
 
Esta práctica vibratoria no tiene que ver con perfección – se refiere a participación plena en nuestra experiencia humana desde un “punto causal de ti”. No lo intentes. Relájate en ella y disfruta la consecuencia inevitable. La facilidad proviene de la facilidad. 
 
Michael Brown

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